Arvela1957

Tu Rostro Demacrado y La Sombra Esbelta.

Hoy te vi, amor, y el alma mía se sorprendió,
al ver tu delgada silueta, un suspiro de viento;
aquel brillo de tus ojos, tan bellos, se marchitó,
tu rostro vi descompuesto, como triste lamento.

 

Tu faz, antes vibrante, hoy pálida y sin luz,
una sombra de angustia marcaba tu expresión;
no hallé la alegría, solo una pesada cruz,
y en tu mirada ausente, profunda aflicción.

 

¿Qué pena te consume, qué dolor te carcome?
Tu cuerpo, tan esbelto, casi etéreo se ve;
tu semblante quebrado, mi corazón no asume,
¿será que mi partida, tu alma aún no cree?

 

Te observé a lo lejos, el pecho oprimido,
un nudo en la garganta al ver tu languidez;
y en silencio me dije, con el ser dolido:
\"acaso me extrañas, ¿será esa tu tristeza?\".

 

Hubiera querido acercarme, quitarte la opacidad,
devolver a tu vida alegre, la luz y el color;
pero solo te miré, a lo lejos, con esta ansiedad,
anhelando que floreciera de nuevo el amor.