Soneto IV

J.ENOC_A

Va pasando un corazón afligido

refugiado en coraza abatida

por golpes, a la mente envejecida

que de ilusiones camina embriagado.

 

¡sí! Por ahí va el hombre jorobado

con la cabeza gacha y la desdicha

junto a la bella flor insatisfecha,

desea sentir el viento en un prado.

 

Así por la corriente se desliza

sin miedos, esperanzas ni alegrías

y del rumbo no tiene la certeza.

 

Nadie entendía que así tu rugías,

llorabas y morías con sutileza

en tus desconocidas poesías.

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