La rutina golpea, como lluvia mansa,
Y uno se pregunta, ¿qué más alcanza?
El café amargo, un ritual seguro,
Mientras la ciudad despierta, muro tras muro.
Las calles grises, un laberinto fiel,
Y en cada esquina, un nuevo papel.
Pero en la mirada de aquel que cruza,
Se esconde un brillo, que la pena rehusá.
Porque la vida, aunque a veces duela,
Tiene esos instantes que el alma consuela.
Un gesto amable, una canción sentida,
Y así, poquito a poco, se encuentra la salida.
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Autor:
Maxi (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2025 a las 17:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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