Hay ojos que lo ven y no señalan,
hay voces que prefieren el silencio,
pues saben que las piedras que se igualan
no temen al castigo ni al desprecio.
El mundo gira al son de quien lo azuza,
y el hombre, cual ganado bien domado,
renuncia a su razón, su voz rehúsa,
y danza al ritmo vil del que ha mandado.
No juzga, no se opone, no resiste,
tan sólo observa, asiente y calla altivo;
la voz que no incomoda, nunca existe,
y el alma sin valor no halla motivo.
Quizá pensó al principio en la justicia,
quizá sintió el ardor de lo correcto,
mas pronto vio el poder, su artificio,
y halló más cómodo mirar perfecto.
Así, la pluma honesta queda a un lado,
la llama se apaga bajo el engaño,
y el sabio se convierte en el soldado
que marcha al compás del vil rebaño.
Y tú que ves, que sabes, que sospechas,
¿qué harás cuando la farsa sea tu dueña?
¿Serás de los que callan bajo brechas,
o alzarás la verdad como una enseña?
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Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 11 de junio de 2025 a las 13:25
- Comentario del autor sobre el poema: NO TODA TENDENCIA ES BUENA, NI TANTO HABLAR SOLO POR HACERLO, ES MAS FACIL SER UN VIL CIERVO, QUE MIL CUERVOS OBSERVANDO...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Merche Bou Ibáñez
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