karonte

El Ritmo del Rebaño

Hay ojos que lo ven y no señalan,
hay voces que prefieren el silencio,
pues saben que las piedras que se igualan
no temen al castigo ni al desprecio.

El mundo gira al son de quien lo azuza,
y el hombre, cual ganado bien domado,
renuncia a su razón, su voz rehúsa,
y danza al ritmo vil del que ha mandado.

No juzga, no se opone, no resiste,
tan sólo observa, asiente y calla altivo;
la voz que no incomoda, nunca existe,
y el alma sin valor no halla motivo.

Quizá pensó al principio en la justicia,
quizá sintió el ardor de lo correcto,
mas pronto vio el poder, su artificio,
y halló más cómodo mirar perfecto.

Así, la pluma honesta queda a un lado,
la llama se apaga bajo el engaño,
y el sabio se convierte en el soldado
que marcha al compás del vil rebaño.

Y tú que ves, que sabes, que sospechas,
¿qué harás cuando la farsa sea tu dueña?
¿Serás de los que callan bajo brechas,
o alzarás la verdad como una enseña?