Existe, más allá del mapa y la memoria,
una ciudad encerrada en un muro eterno.
No hay caminos que lleven hasta ella:
se llega a través de pensamientos sin nombre.
Allí, los relojes no tienen agujas.
Miden el tiempo con latidos de estrellas,
y las personas -si así se les puede llamar-
pasean sin sombras, sin pasado ni reflejo.
En la ciudad umbría,
donde los relojes olvidaron su curso,
se erige una biblioteca sin libros,
pero llena de ecos y susurros.
Sus estantes, vacíos de papel,
guardan el aliento de los sueños perdidos,
y cada rincón, impregnado de nostalgia,
susurra historias que nunca fueron contadas.
No todos pueden leer los sueños.
Solo aquellos con los ojos velados por la duda
y el corazón hendido por preguntas
pueden llegar a la verdad que contienen.
La puerta, custodiada por un guardián silente,
se abre solo para aquellos que buscan
más allá de lo visible,
más allá de lo tangible.
Cada tarde, al caer el sol sin prisa,
el guardián toca su cuerno,
y los unicornios, con pasos etéreos,
se encaminan hacia su morada secreta.
A veces me pregunto si ya vivo allí,
sin saberlo, tras los muros del día.
Quizá somos sueños pensándose a sí mismos,
esperando ser leídos por el silencio.
José Antonio Artés
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Autor:
José Antonio Artés (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 11 de junio de 2025 a las 12:13
- Categoría: Fantástico
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Pilar Luna, Javier Julián Enríquez
Offline)
Comentarios1
Muchas gracias, José Antonio, por este bello y reflexivo poema, en cuyas ideas objetivadas se aprecia que plantean una reflexión metafísica sobre la existencia y la búsqueda de la verdad. De esta forma, mediante el uso de sublimes metáforas, tales como la denominada «ciudad umbría» y la «biblioteca sin libros», se aborda la naturaleza intangible de los sueños y su capacidad reveladora. Así, se aborda la interpretación de la figura del «guardián silente» y los «unicornios» como símbolos del acceso a un conocimiento esotérico, reservado para aquellos que cuestionan la realidad palpable. En el sentido expuesto, el poema sugiere que la verdadera sabiduría reside en la introspección y la contemplación del silencio, donde los sueños se manifiestan como verdades latentes.
Un cordial saludo y fuerte abrazo
Leí recientemente el libro La ciudad y sus muros inciertos de Haruki Murakami, y me cautivó como traza los límites entre lo real y lo irreal(fantasia/sueño), fué cuando decidí escribir este poema. Me ha encantado tu descripción del poema. Muchas gracias. Un abrazo
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