Una paloma,
reza en el polvo crepuscular,
se ha dormido sobre el hombro tibio del farol.
No trae canto ni vuelo,
solo un quedarse quieta,
como quien conversa en silencio con la luna del pueblo.
Debajo,
la cantera vieja —con sus rezos partidos entre ladridos y campanas mudas—
guarda los ecos
de las abuelas que encienden los braceros.
El cielo,
todavía azul, pero ya con su pan de sombra,
desnuda un silencio hondo,
y la luz, sin saberlo, se persigna.
Y allá arriba,
la paloma,
con el pecho lleno de tardes,
lleva la misma nostalgia sin nombre
que los hombres de Fresnillo,
cuando miran lo que ya no vuelve.
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Autor:
Astronauta (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de junio de 2025 a las 20:46
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Andy Lakota👨🚀, alicia perez hernandez, Una voz, El Hombre de la Rosa, ElidethAbreu, Pilar Luna
Comentarios1
Un día mas que pasa y no vuelve en Fresnillo. Las aves son increíbles.
Dios te bendiga.
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