Al alba, cuando el cielo aún bosteza
y el rocío escribe versos en las hojas,
las aves sueltan su música secreta
como si el mundo no doliera.
Cantores alados del viento temprano,
traen paz donde el hombre trae prisa,
su canto no pide nada…
solo que el alma lo escuche.
No saben de guerras ni relojes,
no conocen rencores ni rutinas.
Cantan por instinto, por milagro,
por esa extraña alegría de estar vivos.
Cada trino es un puente al silencio,
una caricia sin manos, sin rostro.
Y en su vuelo se va la tristeza,
como hoja que se deja llevar.
A veces pienso que Dios se disfraza
de gorrión, de zorzal o calandria,
para recordarnos que en lo pequeño
habita lo eterno.
Así, cada mañana,
cuando el canto de las aves me encuentra,
no necesito más respuestas,
solo quedarme, en paz, escuchando.
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Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2025 a las 09:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, EmilianoDR, Poesía Herética, Scarlett-Oru, Mauro Enrique Lopez Z., rubén3k 🇲🇽, pasaba, Llaneza, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮
Comentarios2
La belleza más pura suele ser la que no pide nada a cambio.
Saludos
Muchísimas gracias por tu comentario mi estimado poeta igual este poema me gustó mucho a mí me inspiré por el canto de las aves de acá de mi país.
Me imagino. Si vienes al trópico te volverías loco escuchando todo tipo de trinos.
Pero hay aves muy bellas, como el quetzal, llamado "La serpiente emplumada" o el tucan por sus coloridos picos.
Claro así mismo es.
Grato pasar y leer tu hermoso poema. Muy cierto capturas cada imagen con el alma.
Me permites y te doy un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario claro te lo permito.
🫂
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