Las caricias se trazaban,
como diminutas perlas en la ventana,
llegó el silencio después del frío,
y el ave con su canto de madrugada.
El aullido insolente algo se robaba,
un poco sueño, otro tanto del conticinio,
dejando temerosas estrellas que no vemos,
por las nubes que bailan sin dueño.
Espero entre las ráfagas y los delirios
por un segundo más de descanso,
entre el rocío y el cadalso,
se va terminando el alba.
-
Autor:
Romina Delucetti (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2025 a las 10:48
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.