En la costa dormida de Algarrobo, el silencio cayó como un manto duro, la red se apagó, y con ella el mundo, quedé solo, sin voz, sin hilo alguno.
Dos facturas, un error, la incomunicación, un corte frío en plena conexión.
El alma inquieta, la palabra presa,
como un poema que no encuentra mesa.
Pero desperté con el sol decidido crucé el aire en busca de abrigo, y en una simple cafetería amiga hallé señal, y esperanza encendida.
A Rubén, mi puente, mi compañero, le conté del naufragio sincero.
Y él, sin demora, tendió su gesto
pagando la deuda, sanando el resto.
La línea volvió, la vida siguió, y mi palabra otra vez cantó.
Porque incluso en la caída más amarga, resiste el verso, renace el alma.
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Autor:
Wigo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 1 de junio de 2025 a las 17:55
- Comentario del autor sobre el poema: A veces, el silencio no es elegido, sino impuesto por los errores y la burocracia. Este poema nace de una semana desconectado, sin poder comunicar ni crear, hasta que un gesto solidario me devolvió la voz. Un homenaje a la resiliencia, la amistad y la poesía que nunca se apaga.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, alicia perez hernandez, Classman
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