De cuando estuve muerta…
Si me lo hubieran preguntado habría jurado que estaba viva, pero estaba muerta. La oscuridad se había apoderado de mí, ya no sentía ni padecía.
Mi preocupación más grande durante el día era sobrevivir, para que llegara la noche y poder dormir. Así, mientras dormía, se pasaban los minutos, las horas y la vida. A veces dormía, otras veces me hacía la dormida.
Y en los momentos lúcidos, que eran pocos, imaginaba una vida feliz. Una vida sin peso. Una vida ligera. Con luz, mucha luz. He soñado con luz durante mucho tiempo, una luz intensa que me daba paz. Que venía a decirme “todo está bien”. Pero al despertar todo era gris. Da igual adónde mirara, todo era tristeza y soledad.
Recuerdo quedarme afónica, sin poder decir palabra. Me pasaba cada tres meses. De repente me quedaba muda. Y es que, había tanto que gritar, que todo se hacía un nudo y se quedaba en mi garganta.
Durante mucho tiempo he pensado en que todo ha sido muy injusto. Pero ¿qué significa injusto exactamente? Quizás yo quería una vida que la otra persona no podía ni quería darme. Quizás había idolatrado demasiado a quién no lo merecía. Quizás me había acomodado a una vida que había dejado de ser ideal. Por eso creo que lo injusto la mayoría de las veces nace de lo que esperamos, pero no recibimos.
Y aquí estoy. He logrado dejar eso atrás. Lo gris ya no lo es tanto. A veces miro de frente y hay grises oscuros, otros más claros y hasta algún rayo que lo ilumina todo. Entonces es cuándo todo vuelve a tener color.
He dicho “a veces”. Otros días son simplemente grises, eso siempre me perseguirá.
Eugenia Bin.
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Autor:
Eugenia Bin (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 31 de mayo de 2025 a las 17:25
- Comentario del autor sobre el poema: Hubo una etapa en mi vida en la que, aunque respiraba, no vivía. Este texto nació de ese lugar oscuro, donde la tristeza se volvía rutina y el silencio era más fuerte que cualquier grito. Escribirlo fue como volver a mirarme por dentro, como acariciar con palabras a esa mujer rota que fui… y que aún se asoma a veces. Hoy lo comparto desde otro sitio: uno donde la luz empieza a entrar, aunque sea a ráfagas. Porque sé que hay muchas otras personas que también han sentido que estaban muertas por dentro, y quiero que sepan que no están solas. Gracias por leerme. Si te toca, si te remueve, si te identifica… entonces ya no fue solo un desahogo: fue un puente.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, Lualpri, Mauro Enrique Lopez Z., Ehur Orth, ANGHELUZ., Poesía Herética
Comentarios2
Querida Eugenia...
Tus letras son como si yo mismo las hubiera escrito.
Se bien de lo que hablas.
Creo que en lo personal tiene que ver con la soledad en demasía debido a los tantos y tantos seres queridos que ya marcharon en su viaje sin retorno.
Hoy mi mundo está rodeado de recuerdos y paredes vacías.
Gracias por compartir tu escrito tan personal.
Fuerza!
Quiera Dios que todos tus grises se disipen de una vez por todas.
Buen finde!
PD: tú de Barcelona?
La tierra donde nació mi abuela paterna y de quien heredé su apellido.
A poco de allí, precisamente en Salou, vive una de mis nietas.
Saludos.
Luis.
Siempre habrá luz,
encaminar nuestros pasos a ello
a veces implica transitar
por senderos adversos
o veredas sinuosas
más al final llegaremos
a nuestro destino
con total luminosidad.
ANGHELUZ
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