SAUL
A Saul, Mi hijo
Naciste con carácter firme
y desde niño, tuviste claro tus sueños
y tras él, marchaste como un ágil cazador
con tus manos diestras, herencia de tu madre
soñaste con crear versos entre cabellos y cabezas
y donde, nosotros los normales, solo vemos greñas
tu veía líneas, curvas, figuras y los dioses te hicieron
estilista-peluquero.
Y has forjado tu universo, entre tijeras, peines, tintes,
secadores y lava cabezas, heredero de aquel, que hace
miles de años, marco la diferencia con un corte de pelo,
que tantas veces salvo una vida al cambiar el rostro y
donde había abandono, surgió belleza.
Hijo amado de mi alma, imagina un mundo sin los seres
como tú, que, a través de su arte, van cambiando rostros
y marcando diferencias y con estas diferencias marcan
tendencias, de tus manos surge un arte, que parece efímero
pero que se hace eterno en los recuerdos, fotos y pinturas.
Otros, hemos elegido lo inútil, tú has elegido un arte útil
que los dioses, que te han bendecido con esas musas, nunca
permitan que el desánimo se anide en tu alma y que siempre
vea en cada alma que recorta o cambia de peinado un hijo de
aquel que también es tu padre absoluto, El Dios de los dioses.
24 diciembre 2022
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Autor:
mauro marte (
Offline)
- Publicado: 31 de mayo de 2025 a las 00:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa
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