Cómo olvidar que llegue a tu vera con el sol
sobre mis sueños,
inocente e inquieta te robe (desnuda) las pocas
palabras que te prestó el silencio,
para que pudieras decir de mi hermosura.
Me deslicé en tus manos azuladas
y me fui mar adentro de tu brío,
para ser uno bajo el pájaro de oro
y uno, en la cadencia de los cuerpos.
Por años fuimos habitantes de la playa,
corceles del fuego de los sueños.
Yo ave libre...Tú, de tu cuna preso...
Entonces descubrimos lo imposible...
Nos despedimos una tarde,
con un canto de amor correspondido,
me besaste con tu lenguaje de agua
y luego, inmersos en el dolor,
enmudecimos.
¡Ay! Amado mar, aún recuerdo
las horas recostadas sobre tu pecho.
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Autor:
Beatriz Teresa Bustos (
Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2025 a las 16:26
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Pilar Luna, Editorial 3k, ElidethAbreu, Jaime Correa, pasaba, Emilia🦋
Comentarios1
Algunos sabios dicen que el mar se llama Alfonso. Este mar, en cambio xD, no podrá decir su nombre, pues enmudeció contigo.
¿Si un mar puede llamarse Caspio, por qué no Alfonso? Me pareció un poema precioso, evocador y trágico, como la espuma que no vuelve (entre latido y latido)
Tan sólo me faltó saber el nombre de tu mar xD, pero bueno. Eso quedará oculto, descubierto entre los espacios entre las palabras.
¡Felicidades y bendiciones de corcho hacia tu dirección aproximada!
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