AVISO DE AUSENCIA DE Franjablanca
Con los fragmentos de esperas
en la dársena del puerto,
fabrico un barco sin velas
y floto haciéndome el muerto.
Con los trozos de botella,
después de la botadura,
hago un puzle de las huellas
que dejó el tiempo que dura.
Con los rescoldos del fuego
que va dejando mi ausencia,
hago cubitos de hielo
(en justa correspondencia).
Con la brisa que me toca
cuando ya no estoy al mando,
oigo decir en tu boca:
las letras se van volando.
Con los fragmentos de esperas
en la dársena del puerto,
fabrico un barco sin velas
y floto haciéndome el muerto.
Con los trozos de botella,
después de la botadura,
hago un puzle de las huellas
que dejó el tiempo que dura.
Con los rescoldos del fuego
que va dejando mi ausencia,
hago cubitos de hielo
(en justa correspondencia).
Con la brisa que me toca
cuando ya no estoy al mando,
oigo decir en tu boca:
las letras se van volando.
Besos de segunda mano.
Amor de bisutería.
Te quiero en segundo plano.
Microondas que se enfría.
Tacón que suena lejano.
Braseros en lencería.
Alimento del gusano.
Tenores con afonía.
Verdades dichas en vano.
Ciegos cruzando la vía.
Hola, qué tal, soy fulano;
el jugador que perdía
el ocaso del solano
y el verso que no entendías.
Abel se llama mi hermano.
¡Ay, Caín, quién lo diría!
-
Autor:
Franjablanca (
Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2025 a las 05:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: crisantemo, Jhetsefany, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, racsonando, JoseAn100, 🌼⚘María García Manero ⚘🌼
Comentarios2
Este Caín es de un sincero que atropella, esta visión pragmática escrita en versos que parecen aleatorios es efectiva, obliga a la relectura, me ha gustado mucho leerlo. Un abrazo.
Caín representa lo real, lo humano. Abel era la perfección, lo idílico. Seguro que Caín cumplía los siete pecados capitales a rajatabla y se escaqueaba del curro cuando no lo veían.
Lo que yo daría por ver ese móvil de Caín. El de Abel sería aburridísimo.
Remato el relato y cierro el capítulo:
Reliquias de anticuario.
Algún secreto a voces.
El fondo de tu armario.
Tu yo que no conoces.
Bisagra que chirría.
Preguntas sin respuesta.
Lo caro que nos cuesta
la noche de aquel día.
Tan sórdido y palmario.
Tan mudo y paladino.
Trinchera del sicario
con hache de adivino.
Ayer, mosquita muerta;
hoy, mantis religiosa.
Te llaman a la puerta.
No digas esas cosas.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.