Fui viajero en la época de tu piel,
cartógrafo de un tiempo sin relojes,
donde cada lunar era un umbral
y cada beso, un eco de los dioses.
Tus poros, constelaciones secretas,
tus suspiros, oráculos del viento.
Allí perdí mi nombre y mi destino,
allí fundé mi patria… y mi tormento.
En ti no pasan siglos: se despiertan.
La historia duerme en cada cicatriz,
y al rozarte, los astros se disuelven
como tinta de un verso por decir.
No hay ayer que no huela a tu perfume,
ni mañana que no guarde tu abrazo.
Tu piel me habla en lenguas olvidadas,
que el alma entiende… aunque no dé el paso.
Fui testigo del alba entre tus hombros,
y del crepúsculo entre tus caderas.
La noche me enseñó que en tu latido
se esconden eras, dioses y fronteras.
Eres templo, hechicera, firmamento,
misterio que se escribe en el deseo.
Y yo… simple mortal, que sin saberlo,
vive otra vida en cada roce nuevo
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Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 24 de mayo de 2025 a las 02:31
- Categoría: Amor
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, MIM (Fideo de Mileto), EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z., Josué Gutiérrez Jaldin, Classman, Revista ÁMALON, Poesía Herética
Comentarios1
donde cada lunar era un umbral
Saludos poeta Loiiz.
Buenas letras
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