Verso con Tierra y Raíz

Ariel Wigodski 🇨🇱

No nací en San Fabián ni fui profe de física, pero en Algarrobo aprendí que el viento también escribe.  


Como Parra, mastico lo simple, pero en vez de lanzarlo en carcajadas, lo dejo arder en el pecho hasta hacerlo verso.

Camino entre cerros que miran al mar  y en sus lomajes anoto mis penas.  


No hago antipoesía ni juego a romper esquemas, solo busco en el dolor  
esa luz que se cuela entre las grietas.

Yo no reviento la rima, la dejo respirar,  como el humo de un asado en lo patios de Valparaíso.  


Mi palabra es abrigo, pa’ los que esperan callados en oficinas grises,  
pa’ los que creen que el arte aún puede sanar.

No me creo el hoyo del queque, ni cargo Nobel en la mochila, pero tengo oficio:  
el de resistir escribiendo, el de hacer del silencio, una patria.

Y si Parra descorchó la forma, yo pongo el alma entera sobre la mesa,  
junto a la taza humeante del sur y los versos que me dicta esta larga y delgada herida que llamamos Chile.

  • Autor: Wigo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de mayo de 2025 a las 00:35
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema nace desde Algarrobo, pero lleva en su médula la cordillera, el salitre y la memoria viva de Chile. Es un diálogo poético con Nicanor Parra, reconociendo las convergencias y divergencias entre dos caminos que, desde distintos tonos, usan la palabra como refugio, denuncia y raíz. Aquí se entrelaza la introspección con lo cotidiano, en un homenaje a nuestra tierra y a la fuerza resiliente de quienes la habitan.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 9
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Classman, pasaba
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