Volví sin avisarle a nadie.
Ni al cuerpo, ni al recuerdo.
Me arrastraron los pasos, no el deseo.
El mismo banco, la misma plaza.
Y el aire... ese aire tibio y oxidado de los días que se van.
No esperaba encontrarte.
Solo quería saber si el lugar seguía igual
o si también había aprendido a soltarme.
Los árboles, testigos mudos de lo nuestro,
todavía guardaban las risas entre sus hojas secas,
como si el viento de aquel verano no hubiera querido llevárselas.
Caían, una a una, como migajas del pasado,
crujían bajo mis pies,
y cada sonido era una sílaba de lo que nunca terminamos de decirnos.
Las aves sobrevolaban la plaza con una duda en el vuelo,
como si aún esperaran el epílogo de nuestro libro truncado.
Tal vez no supieron que algunos finales se escriben en la piel
y no en las páginas.
Yo no volví por ti,
volví por mí,
para recordarme que incluso lo que se marchita
alguna vez fue flor.
Y aunque no florezcamos de nuevo,
hay belleza también
en los árboles desnudos.
Melinda.
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Autor:
Melissa Miel (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2025 a las 19:01
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Poesía Herética, Lualpri, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., WandaAngel, alicia perez hernandez, DRM, EmilianoDR, JUSTO ALDÚ, Llaneza, Pilar Luna
Comentarios2
todavía guardaban las risas entre sus hojas secas,
como si el viento de aquel verano no hubiera querido llevárselas.
Es un bello y nostalgico poema, donde al final la desnudez del arbol revela también belleza y recuerdos.
Saludos poeta Melissa Miel
Muchas gracias 😊
✅👍🏻
Me parece que es la primera vez que la leo y me llamaron la atencion sus letras.
Aquí es un retorno íntimo, sin pretensión de reencuentro, solo de reconciliación con lo vivido.
Un poema sobre soltar sin olvidar, y hallar belleza incluso en lo que ya no florece.
Saludos
Agradezco que disfrutara ud de mis versos .
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