Pasó el tiempo, sí, como la niebla esquiva,
hilando silencios que no dictó un final.
Y hoy te vi, mi vista, mendiga y furtiva,
donde el alma encontró su pulso original.
Paradójicamente, la distancia forjó puentes.
No fue el adiós, sino un paréntesis del ser.
Se me erizó la piel, ¿lo crees? Un escalofrío
que no anunciaba frío, sino un fuego ancestral.
Quizá tu indiferencia fue el don más sombrío:
no me viste, y pude verte en tu esencia real.
Pura y vibrante, en la calma de tu aura.
Qué irónico que en la ceguera ajena, uno ve más.
Y me alegro por tu paz, esa quietud que enarbolas,
aunque sepa que el cosmos palpita en tu interior.
Mi amor, un faro ciego en todas las auroras,
desea tu plenitud, sin preguntar tu dolor.
¿Quién podría juzgar la quietud de un volcán?
La superficie calma es un arte.
Te he dicho "te amo", palabra ya desgastada,
que no abarca el abismo que hay entre los dos.
Mas mi convicción es una flecha lanzada
que en el blanco de tu esencia encuentra su voz.
"Hecha a mi medida", susurro al infinito,
como si un dios ciego tejiera nuestro rito.
El cronos discurre, mas no mide los lazos.
Un río incesante donde el tiempo es apenas arena.
Nos une un lenguaje que escapa a los abrazos,
una melodía que la ausencia no frena.
Y en la lectura, el más noble de los rumbos,
hallar tu senda es un milagro entre escombros.
Un eco atemporal, una verdad que jamás tumba.
JTA.
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Autor:
jtaltuve (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2025 a las 01:33
- Comentario del autor sobre el poema: La Voz del Corazón en Versos Amigos, lectores, quiero compartir con ustedes el alma de un poema, "El Eco Atemporal de Tu Presencia". No nació de una idea preconcebida o de un ejercicio de estilo, sino de un momento real, un instante que lo detuvo todo. La inspiración llegó de la forma más sencilla y a la vez más profunda: la vi. La vi después de un tiempo, en un encuentro fugaz y sin palabras, pero que resonó como un trueno en mi interior. Fue esa la chispa. No fue solo verla con los ojos, sino sentirla con el alma. Quise plasmar en estas estrofas esa sensación tan particular de un amor que trasciende lo convencional. Esa conexión que no necesita de presencia constante o de expresiones ruidosas para saber que está ahí, vibrante y real. Ver su paz me llenó de alegría, incluso sabiendo que cada persona es un universo de emociones ocultas. Y esa certeza de que uno ama, más allá de las palabras o las explicaciones. Con este poema, espero que ustedes puedan sentir la paradoja de la distancia que, lejos de separar, a veces une más profundamente. Que capten la ironía de ver más claro cuando no somos vistos, de una mirada que se vuelve más nítida en la quietud del observador. Quiero que perciban la musicalidad de un afecto que no obedece al reloj, que se ríe de las edades y de las separaciones. En cada verso, busco que imaginen la fuerza de un vínculo que persiste, un eco atemporal que no se apaga. Que sientan esa conexión que va más allá de lo físico, que los lleva a un mismo camino, como en nuestro caso, el de la lectura. Es un intento de decir que el amor verdadero se revela en los detalles más sutiles, en la paz que deseamos para el otro, y en la inexplicable sensación de estar "hechos a la medida". Espero que al leerlo, encuentren no solo un reflejo de mis sentimientos, sino también la inspiración para reconocer esos amores que, aunque callados o lejanos, siguen latiendo fuerte en el centro de su propio universo. JTA.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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