I
Tejías paz en la jornada,
con voz de antigua melodía,
donde el amor se recogía
como flor recién regada.
Tu alma nunca fue callada,
sino faro en la tormenta,
madre inmortal que sustenta
el arte de ser abrigo,
con ese paso tan digno
que en la memoria se asienta.
II
Tus manos, libro sagrado,
hablaban más que el consejo,
y aún el silencio más viejo
se hacía sabio a tu lado.
El tiempo, por ti guiado,
se rendía a tu presencia,
y en cada gesto, la esencia
de tu ternura vivía,
como una luz que encendía
la raíz de mi conciencia.
III
Fuiste amor sin condiciones,
fuiste cimiento y semilla,
la flor que nunca se humilla
ante el viento y sus lecciones.
Tus suaves conversaciones
eran abrigo y destino,
luz que alumbró mi camino
cuando no había claridad.
Hoy vive tu voluntad
dentro de mí, sin desvío.
IV
Ni el calendario te alcanza
ni el tiempo puede borrarte,
porque lograste quedarte
donde la fe no se cansa.
Eres raíz, eres lanza,
voz que aún guía lo incierto,
susurro que en mí está abierto
como un eterno legado,
la flor que sigue a mi lado
aunque camines al viento.
-
Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2025 a las 00:44
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema lo escribí hace algunos años, inspirado por una de las presencias más profundas y formativas en mi vida: mi abuela, quien fue también mi segunda madre. Su sabiduría, ternura y amor incondicional han sido —y siguen siendo— una fuente inmensa de inspiración para mí. “Semilla Eterna” es un homenaje a esa voz silenciosa que aún me guía, a ese legado íntimo que no muere, y a esa figura inmortal que habita mi memoria y mi poesía.
- Categoría: familia
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: 🌼⚘María García Manero ⚘🌼, alicia perez hernandez, Tommy Duque
Comentarios2
Estas décimas tienen una belleza inmensa.
Esas flores seguirán a nuestro lado por siempre.
Gracias por esta lectura, estimado Loiiz.
Feliz y dulce descanso.
Una belleza tus versos hermano, con una fluidez poética envidiable, literalmente, qué diera yo por escribir con tal facilidad melódica.
Tu cercanía a perfectas Décimas, y por qué no decirlo, Espinelas, es impresionante. Nada parece forzado ni rebuscado, ni tratas -como el resto de nosotros- de introducir vocablos que no van con el flujo natural del mensaje.
Excelente hermano.
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