Cuando los días se acortan
Acercándose el invierno
En los pueblos de Castilla
Se ccuentan viejas historias
Al oído de los vientos.
Los chiquillos se apretujan
Junto al calor de un brasero
Las mujeres se acomodan
Entre mantillas y velos
Y los hombres en la puerta
esperan que empiece el cuento
para irse a la cantina y
beberse un cosechero.
A San Emeterio pido
Qué me ayude a bien contar
La historia que en esta noche
Yo les vengo a relatar.
Eran épocas oscuras
Para llamarse cristiano
El emperador romano
Se llamaba Diocleciano
Y teme a los seguidores
De Cristo crucificado.
Entre las aguas del Ebro
A la altura de Calahorra
A Emeterio y Celedonio
Las cabezas les cortaban
Y al río las arrojaban.
El Ebro baja furioso
Es en Marzo este martirio
Las cabezas de los santos
Suben remontando el río
Y llegan a Santander.
Los paganos en sus pagos
Se olvidaron de los santos
Durante seiscientos años
Y vuelven a venerar
a los dioses del pasado
Utilizando los valles
Para colgar a sus muertos
como sus dioses les mandan.
Los cristianos van subiendo
Los moros van a la zaga
Hasta encontrar las reliquias
Hasta entonces olvidadas
De Emeterio y Celedonio
Santos mártires de España
Y comienza la cruzada.
Don Pelayo se levanta
Usando su dinastía
Que desciende de los Godos:
Hispanorum Gotikae,
Empieza la Reconquista
Las cabezas de los santos
Se levantan dando fé
De semejante milagro
Que anunciaba sin querer
El deseo de Dios santo.
Dicen que los Cántabros eran
hombres de dioses diversos
y buscaron los ladrones
a Cristo favorecer.
Remontando la corriente
Llegaron hasta Cantabria
Convirtiendo mientras pasan
en Cristianos a quien ven
Así fue como los bárbaros
Son al fin cristianizados
Sin saber que las cabezas
Por sus pueblos ya han pasado
En manos de unos ladrones
que las suben en dos sacos.
Y muchos siglos después
surge el grito de Pelayo
Comenzando nuestra historia
De una Iberia unificada
Que no se tarda en romper.
La tradición y los cuentos
siempre tienen la verdad de
lo que luego los hombres
Se apresuran a cambiar.
Las cabezas que andan solas,
en el río y en el mar
siempre fueron la constante
De la Iglesia universal
En un siglo en donde el hierro
era el lenguaje normal.
Dicen mucho eruditos
Que no hubo tal milagro
Que algún Calagurritano
Transporto los huesos Santos
y por eso las cabezas
En Santander terminaron
Dónde también los veneran
como es de buen cristiano
Porque Castilla la vieja
era también Santander.
La noche se va cerrando en un
manto negro y frío
Los niños se van durmiendo
mientras se levanta la humedad del rio.
La vieja que esto contaba
antes de dar un respiro
sorprende a la concurrencia
con este último giro :
Mucho tuvieron que andar
Los hombres de Calahorra
Que en los valles donde pasan
todos quieren escuchar
el milagro que en sus tierras
Ha acontecido pasar
Qué Santander fue Castilla
y En Castilla empezó España
Y fue el grito de Pelayo
quien nos guió en esta azaña
Terminando con los moros,
y todos los reinos Taifas.
Emeterio y Celedonio
Santos mártires de España
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Autor:
Marta Cristina Lana - Vazquez (
Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2025 a las 20:09
- Comentario del autor sobre el poema: EMETERIO y CELEDONIO son los Santos patronos de mi ciudad, durante varios siglos nuestro destino estuvo unido a Roma. La leyenda dice que las cabezas de los Santos remontaron el Ebro y aparecieron en Santander. Este poema es un poco desmitificador pero no le quita grandeza a que por los caminos que pasaron se convirtiera. Los Cántabros eran paganos difíciles con costumbres difíciles de entender.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa, Antonio Miguel Reyes, Poesía Herética, nachosol, Romey
Comentarios2
Hermosas estrofas estimada paisana y poetisa santanderina Marta
Recibe un saludo de Críspulo desde Torrelavega
El hombre de la Rosa
Hola Crispulo.Me encanta Santander y Torrelavega es una bendición pero no. No soy Santanderina, nací en Ponferrada, soy Berciana pero vivo y he crecido en el comienzo del viaje de estos Santos. Vivo en Calahorra.
El Ebro nos une
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