El Veredicto
Juez (el Tiempo, implacable):
Tras días deliberando con la luna en vela
y escuchando testigos, abogados, y argumentos
declaro esta unión rota, de forma paralela
por culpa compartida en múltiples fragmentos.
Secretario (Silencio, escribiendo con pluma de plomo):
El fallo es irrefutable. No hay apelación.
Ambos fallaron antes del primer abrazo.
Firmaron su sentencia sin contemplación
y huyeron del amor cuando exigió un lazo.
Él (bajando la vista):
Yo reconozco el daño, la ausencia, la demora.
Me acobardé cuando temblaba y no supe quedarme.
Ella (mirando al cielo como si este la respondiera):
Y yo fui fuego insomne, sin pausa y sin demora.
Amé con medida… y no supe soltarme.
Juez:
No hay culpable absoluto, solo ruina entallada.
Se cierra esta audiencia y quedara archivada.
Ah! tenemos cita en una semana para la división de bienes.
A mi despacho los abogados en cinco minutos!
El acusado no duerme.
En su alma, la penumbra
sigue leyendo el informe
que jamás firmó su culpa.
La noche escribe en su carne
una línea de preguntas.
Él apela. No a la ley
sino a la voz que lo escucha.
El silencio del pasillo
se revuelve y lo recusa.
Ya se dictó la sentencia
cuando el mundo se derrumba
a las tres con cuatro minutos
y el reloj no lo disculpa.
No hubo discusiones.
Solo dos cuerpos dormidos
al borde de la frontera.
Ella giró hacia la pared en la cama
desde el sofá él fingió que la abrazaba.
El silencio fue tan hondo
que ni el reloj se atrevía
a romper la madrugada.
La sábanas fueron testigo.
El aire pesaba más.
Y el adiós, sin decir nada
ya dormía con los dos por la eternidad.
Ya firmamos sin palabras
lo que el alma no redacta.
No hay culpables. Solo sombras
que se alejan y se apartan.
Cláusula de los recuerdos
Ella dice bien resuelta:
Las fotos no se reparten.
Se quedan donde dolieron.
En el cajón del “qué fuimos”
hay fragmentos que vivieron.
Cada objeto es un testigo
que no sabe declarar.
Nos miramos como extraños
con la ropa sin planchar.
Dividimos los objetos
con la frialdad del invento:
tu sillón, mi cafetera
los libros en desacuerdo.
Tus discos, mis cacerolas
la lámpara del recuerdo.
Todo cabe en dos maletas,
menos lo que fue silencio.
Nadie quiso los domingos.
Nadie reclamó los besos.
Se los lleva el lavaplatos
junto al tedio del invierno.
De los bienes valorados, se encargan los abogados.
Custodia de la gata
Ella solía dormir entre los dos
como si nada pasara.
Ronroneaba el desacuerdo
mientras temblaba la balanza.
Hoy le escucha decir a él: yo la alimento.
Hoy dice ella: ella me abraza.
Y en su maullido se esconde
la única voz sensata.
Ya no hay juez para esta disputa.
El papel no la contempla.
La gata mira la puerta
con la tristeza resuelta.
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Autor:
Ellie (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2025 a las 15:03
- Comentario del autor sobre el poema: Seguimos con este desarrollo y solo nos queda el cierre. Paciencia amigos poetas mientras consultamos con un abogado de familia, y tanto que me dijo mi padre que me hiciera abogada, pero no me gustaban las togas ni las ropas negras ni una carrera sin sonrisas. En esta entrega, la rima se va alejando......... es que nunca una ruptura legal puede rimar .
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, crisantemo, Poesía Herética, Emilia🦋, Franjablanca, Javier Julián Enríquez, racsonando, Rafael Escobar, Llaneza, Santiago Alboherna, Classman, JUSTO ALDÚ, Mauro Enrique Lopez Z., Dr. Salvador Santoyo Sánchez, Antonio Miguel Reyes, Patricia Aznar Laffont, alicia perez hernandez
Comentarios9
ElidethAbreu, tremendas piezas de teatro (me atrevo a presentarlo) con la firme salvación de la poesía, no soy crítico ni experto, pero desde mi percepción y ami gusto, un joya en tu creación. ¡Felicidades por esa musa que llena tus letras! 👌🙌👍💐💐
Gracias mi querido amigo racsonando💐💐
Me he involucrado en una novela de la tragedia del divorcio y hoy la entrega s eme ha hecho larga, es que dentro del conflicto, hay una gata en disputa.
Abrazos y feliz semana.
con o sin papeles, las fracturas de pareja son la moneda corriente de cada día, q difícil se hace todo...
Muy creativa mi estimada amiga ElidethAbreu.
Un abrazo fraterno.
Otro de mis gèneros literarios, quizá el más difícil. Trataré de desmenuzar la esencia de tu propuesta.
Un juicio del alma disfrazado de proceso legal: este texto es una obra maestra de metáforas judiciales al servicio del desamor. Con tono irónico y poético, desmenuza la ruptura con precisión quirúrgica y emoción contenida.
La figura del Tiempo como juez y del Silencio como secretario otorgan solemnidad y fatalidad al relato. Cada sección —la sentencia, la apelación, la división de bienes, la custodia de la gata— revela que no se parte solo el hogar, sino la intimidad, los gestos, los rituales.
El detalle de la gata como única testigo inocente y sensata da un toque de ternura trágica.
Un comentario breve pero inevitable: esto no es solo un poema con toques dramáticos o teatrales, es un expediente del amor roto con poesía de archivo emocional.
¡¡Bravo!!
JUSTO
Alabo tu capacidad creativa...
Estimada Poeta, con todo el respeto y la mejor de las intenciones, tu obra parece un relato poetico más que un poema.
Es como una narración de hechos sucedidos a una pareja y su entorno legislativo.
Lo importante es que resulta atractiva y se espera el final de la narracion con una gata de por medio.
Recibe mis felicitaciones por tu obra, Poeta Ellie. Adelante ✅
¿Se despertará la audiencia reclamando mas paciencia?
El juez no tiene ni idea, queda claro....Jajaja, muy bueno
Gracias amiga.
Un abrazo
Porfa. Muy bueno, pero no me hagas recordar.
Te requiero.
Esta maravilla me deja sin palabras.
Tremenda obra de arte, poetisa.
Abrazo. Lío.
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