Yo no pretendí quererte,
más la vida así lo quiso
y mi esencia de prudente
se evaporó de improviso
hallándote tan presente
que el pasado y lo vivido
se disipó de repente
por ocupar tú su sitio
y todo fue diferente
y todo fue muy distinto
porque prometí quererte
como nunca había querido.
Decidí ser tu poeta
para escribirte las rimas
más hermosas jamás hechas
y hasta hoy jamás escritas,
pero mi mente fue piedra
y de inspiración cortita,
y lo que fueran promesas
fueron sólo fantasías
pues mi destino bien era
ser marino de crujía
y la mar tomo las riendas
del porvenir de mi vida.
Pensé que mi barco un día
arribaría a tu puerto
y que allí te encontraría
y vendrías a mi encuentro,
más la mar me fue infinita,
con infinitos requiebros,
y en mi larga travesía
a través del largo tiempo
olvidé que volvería
como olvidé mi regreso,
mi rumbo fue sólo de ida
junto a mareas y vientos.
Pero al final todo acaba
y la mar me hecho a la tierra
y varada ya mi barca
regresé a donde partiera
para cumplir la palabra
que un día te prometiera;
y cuando viste que estaba
de presente ante tu puerta
me dijiste que casabas
con un hombre de solvencia,
un hombre que bien te amaba
y que me gano en la espera.
¡No es posible prevenir
misterios del porvenir!
-
Autor:
RICARDO V (
Offline)
- Publicado: 14 de mayo de 2025 a las 06:44
- Comentario del autor sobre el poema: Diminutos son los pasos del camino de la existencia. Un recuerdo muy presente.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.