RICARDO V

Misterios del porvenir

Yo no pretendí quererte,

más la vida así lo quiso

y mi esencia de prudente

se evaporó de improviso

hallándote tan presente

que el pasado y lo vivido

se disipó de repente

por ocupar tú su sitio

y todo fue diferente

y todo fue muy distinto

porque prometí quererte

como nunca había querido.

 

Decidí ser tu poeta

para escribirte las rimas

más hermosas jamás hechas

y hasta hoy jamás escritas,

pero mi mente fue piedra

y de inspiración cortita,

y lo que fueran promesas

fueron sólo fantasías

pues mi destino bien era

ser marino de crujía

y la mar tomo las riendas

del porvenir de mi vida.

 

Pensé que mi barco un día

arribaría a tu puerto

y que allí te encontraría

y vendrías a mi encuentro,

más la mar me fue infinita,

con infinitos requiebros,

y en mi larga travesía

a través del largo tiempo

olvidé que volvería

como olvidé mi regreso,

mi rumbo fue sólo de ida

junto a mareas y vientos.

 

Pero al final todo acaba

y la mar me hecho a la tierra

y varada ya mi barca

regresé a donde partiera

para cumplir la palabra

que un día te prometiera;

y cuando viste que estaba

de presente ante tu puerta

me dijiste que casabas

con un hombre de solvencia,

un hombre que bien te amaba

y que me gano en la espera.

 

¡No es posible prevenir

misterios del porvenir!