Me hablaste de un amor eterno,
de lunas llenas y cielos sinceros,
pero tus ojos —callados y tiernos—
escondían inviernos enteros.
Tus besos sabían a promesa,
pero eran tinta sobre agua,
palabras dulces con aspereza,
mentiras vestidas de calma.
Jugaste a querer con alma ajena,
te disfrazaste de abrigo en mi frío,
y yo, ciego entre tanta pena,
abracé la farsa como rocío.
La hipocresía bailó en tu risa,
como sombra tras la cortina,
y el amor, ese que idealizas,
murió sin dejar esquina.
No duelen tus pasos lejanos,
duelen los que diste fingiendo,
duelen tus falsos “te amo”
cuando sabías que estabas mintiendo.
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Autor:
Inspirado (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 14 de mayo de 2025 a las 01:04
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema representa una herida que muchos conocen, pero pocos se atreven a nombrar: el dolor de haber amado a alguien que solo fingía amar. Cada verso es un reflejo de lo que se siente al descubrir que todo lo que parecía sincero era una máscara.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
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