Aún la amaba.
Lo juro.
Cada rincón de mí gritaba su nombre en silencio,
pero tuve que decirle adiós.
No por falta de amor,
sino porque sus ojos…
ya no me miraban como antes.
Se habían vaciado de nosotros,
como una taza que alguna vez rebalsó de café caliente
y hoy solo guarda el eco del aroma.
No fue fácil.
Renunciar a los domingos con ella,
a las discusiones tontas que escondían ternura—
la marca del café,
el color de las sábanas,
las frutas que debíamos comprar
como si en esos detalles se tejiera una casa.
Renunciar a su risa,
a esa forma de mirarme
entre ternura y deseo,
al olor de su piel después de la ducha,
a los gemidos que rompían la noche
y me hacían sentir eterno.
Me fui con las manos vacías,
el alma hecha pedazos,
y el corazón arrastrándose
entre los restos de lo que fuimos.
Y aún así, me mantuve en pie.
Con las fuerzas escasas,
pero con la dignidad intacta.
Porque a veces,
el acto más valiente del amor…
es saber cuándo soltar.
Y esa fue la última vez que la vi.
Con el alma rota,
pero los ojos abiertos
para no volver a cerrar la puerta de mí mismo.
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Autor:
Bohemio enamorado. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2025 a las 03:05
- Comentario del autor sobre el poema: Poema escrito en octubre del 2013, hice de todo por salvar la relación que teníamos, pero esa noche vi en sus ojos que el amor que sentía no era para mí. Entonces decidí salir de su vida y buscar un nuevo sendero, aunque estaba roto por dentro, pero había que seguir y así fue.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Aliciaa, JAGC, Antonio Pais, YA SABES QUIEN, ElidethAbreu
Comentarios2
Un poema muy bonito, sincero y lleno de sentimiento👏🏻👏🏻💗
Gracias por pasar por aquí y dejar tus palabras.
Sentir lo que sienten los versos
del amor es el corazón
eternamente preso.
Gustan he inspiran tus letras.
Gracias por tus palabras... Saludos.
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