Mi madre,
la mujer de fuego y coraje,
de belleza firme
y carácter salvaje.
La que me hizo a su imagen,
en cuerpo y en alma,
con la misma fuerza
y la calma rota.
Esa mujer que nunca vi
hacerse menos por nadie,
siempre dura con ella misma,
mi creadora.
Una belleza por fuera
y una niña rota por dentro,
una pequeña escondida,
hecha bolita
en algún lugarcito de su pecho.
Mi niña,
madre mía,
quisiera abrazarte,
sanar tus heridas,
curar lo malherida.
Madre mía,
mi gran amor eterno
que me lastima,
y me regresa a sus brazos con alegría.
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Autor:
Daira Rodríguez (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2025 a las 02:07
- Categoría: familia
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Lualpri, Jhetsefany, EmilianoDR, Antonio Pais, Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, Poesía Herética
Comentarios3
Pequeña...
Abrazala fuerte,
ve dale mil besos,
dile que la quieres,
no te olvides eso!
Ya que tú la tienes
da gracias a Dios,
recuerda lo que este
poeta te habló!
Luis.
Gracias, deseo poder sanar todas las heridas de mi madre o al menos algunas pocas
Al intentarlo, el bien será para ambas.
Gracias por tus palabras.
Buen comienzo de semana!
Y de tal madre, tal hija estimada poeta Daira.
Saludos.
Gracias!, igualmente saludos.
Es un bello homenaje, ojala te perdure mucho tiempo aun.
Saludos y gracias por compartir.
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