Dai Rodriguez

Mi pequeña gran madre

Mi madre,

la mujer de fuego y coraje,

de belleza firme

y carácter salvaje.

La que me hizo a su imagen,

en cuerpo y en alma,

con la misma fuerza

y la calma rota.

 

Esa mujer que nunca vi

hacerse menos por nadie,

siempre dura con ella misma,

mi creadora.

 

Una belleza por fuera

y una niña rota por dentro,

una pequeña escondida,

hecha bolita

en algún lugarcito de su pecho.

 

Mi niña,

madre mía,

quisiera abrazarte,

sanar tus heridas,

curar lo malherida. 

Madre mía,

mi gran amor eterno

que me lastima,

y me regresa a sus brazos con alegría.