El olor del asco me inundó enseguida.
Un olor envolvente,
a putrefacción, ahogante.
Un olor de algo quieto, que se muere.
Los ojos se me humedecieron,
tal era su intensidad.
Un olor que retorció mis entrañas,
hasta sentirlas ajenas.
En aumento, con persistente terquedad.
Olor a deshecho, a corrupción, a final.
Olor rancio, indefinido, viejo.
Tan viejo como la maldad y el egoísmo.
Tan nauseabundo,
como la sangre recién derramada.
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Autor:
Anagracia (
Offline)
- Publicado: 10 de mayo de 2025 a las 17:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, ElidethAbreu, JUSTO ALDÚ, Pilar Luna, Poesía Herética, Raiza N. Jiménez E., alicia perez hernandez, Jaime Correa
Comentarios1
Buenos días poetisa.
Ese, es el olor de la Muerte.
Saludos.
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