BORIKÉN

WandaAngel

Yo que dejé mi tierra, 

dejé el mar y la cordillera.

Dejé los valles, los rios

y un mar de verdes perlas. 

Dejé las palmeras y el viento, 

montañas de encina vieja,

atardeceres de fuego 

y mañanas de plata vera.

Dejé dos sendas perdidas 

entre robles y laderas. 

Una llegaba al cielo,   

la otra, a dunas de piedra.

Yo que dejé mi isla,

dejé mi sombra y mi huella. 

Un amor entre quenepas

y en las piñas, mi tristeza. 

Hoy me duele el Caribe, 

sus olas y sus mareas  

y el pescador vespertino,

que hiere como una estrella. 

 

 

 

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