Ay esperanza, qué sencilla es la vida,
una flor se marchita y otra se queda,
y en su común acuerdo con mi herida
marchitada la encuentro en la vereda.
Yo escondido en mi llanto, su partida
veo, turbado y frío en la alameda.
Ya late el corazón tronando estío;
ya inmóvil, ya inerte, ya vacío.
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Autor:
Padry (
Offline)
- Publicado: 29 de abril de 2025 a las 10:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Lualpri, Antonio Miguel Reyes, ElidethAbreu
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