El sol acaricia a la luna en cada ocaso; tiernamente calienta su espalda, la besa y se oculta en su cuarto. Pero, como todo un caballero, va dejando lentamente un paisaje colorado a su paso, y, de esa manera, se despide tímidamente de su amada hasta el orto, donde confluyen en un abrazo.
El sol y la luna tienen un amor de muchos años. Ella lo espera con paciencia todo el tiempo; sin embargo, él, apresurado, vuelve a ella a cada rato. Es que esos dos tienen algo que nos mantiene en vilo a todos los humanos, pues, si la luna no se mostrara y él no se ocultara, no podríamos contemplar ese sublime espectáculo.
El amor de la luna por el sol es tan inmarcesible que llega a eclipsarlo, y es entonces cuando consuman ese amor los dos enamorados. Ella arde y él, a oscuras, en una celestial alegoría, se entregan a las fuerzas y misterios entrañables del universo que habitamos…
Oh, amor mío, ¡cuánto quisiera que fueras sol y yo luna, para imitarlos y, en el afán de amarnos, permanecer eclipsados en un abrazo desde el orto hasta el ocaso!
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Autor:
Erika Castillo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2025 a las 20:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, Lualpri, El Hombre de la Rosa, Poesía Herética
Comentarios2
UN UNIVERSO DE BELLOS VERSOS... BIENVENIDA!! A POEMAS DEL ALMA. POETA, ERIKA
Gracias cariño. Por acá nos compartimos el sentimiento que nace del corazón... besos
Hola poetisa. muy bonito poema, le felicito por sus finas letras.
Saludos desde México.
Saludos desde Venezuela. Nos leeremos las finas letras...
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