Los tambores retumban,
La orquesta y cornetas,
Empiezan a sonar,
La saeta,
Se hace presente,
Cuando Nuestro señor Jesucristo,
y la Virgen María
Pasan por su puerta,
Y quietos se quedan,
El silencio se hace,
Al canto de la saeta,
Oraciones,
Y rezos,
Por feligreses,
Pase por donde pase,
El Dios y su madre,
Piden y ruegan por nosotros,
El cielo escucha,
Y Dios anota,
Cada ruego y ayuda,
La semana santa,
Es hermosa,
Divina,
Y a muchas personas,
Atrae,
Creyentes,
Y no creyentes,
Beatos y beatas,
Todos concurren en el lugar,
Para ver su santo o santa,
Y pedirle sanación,
O ayuda con perdón,
De la iglesia,
Catedral o Ermita,
Sale la Virgen María,
Mirando al cielo,
Para a su hijo ver,
En otra iglesia,
Sale Jesucristo,
Nuestro señor,
Que, a unirse,
Con su madre va,
En un lugar concreto,
Llega el momento,
El hijo se postra,
Ante su madre,
Y su madre,
Después,
Y poco a poco,
Se separan,
Hasta el próximo año,
Termina la procesión,
Madre e hijo,
A sus respectivas iglesias van,
Después de reunirse,
Y posteriormente despedirse,
Hasta el año siguiente,
La semana santa,
Es un momento,
Que jamás,
Se podrán perder,
Es bello y hermoso,
Y muy religioso.
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Autor:
Adoradom (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2025 a las 12:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: pasaba, EmilianoDR
Comentarios1
La Semana Santa se presenta en el poema como un momento de encuentro espiritual donde los fieles, tanto creyentes como no creyentes, se unen en un acto de adoración y señal de respeto hacia las figuras sagradas. Las referencias a los tambores, la orquesta y la saeta subrayan la importancia de la música en la liturgia y el ambiente festivo, convirtiéndose en un vehículo para las oraciones y ruegos de los feligreses.
El poema refleja la diversidad de emociones presentes durante la Semana Santa, desde la solemnidad del acto de oración hasta la alegría compartida en comunidad, enfatizando el significado profundo y los lazos que se establecen entre los asistentes. La interacción entre los santos, la escena de la Virgen y su hijo, y los rituales que se llevan a cabo en diferentes iglesias, simbolizan tanto la unidad como la devoción en la fe.
Además, el uso de un lenguaje accesible y directo permite que el mensaje resuene profundamente con el lector, invitándolo a reflexionar sobre la belleza de la espiritualidad y la importancia de la tradición. En definitiva, el poema es un homenaje a la riqueza cultural y religiosa de la Semana Santa, destacando su carácter como un evento ineludible para aquellos que la viven y la celebran.
Bendecida semana santa
Buenos días, hermoso comentario, muchas gracias.-
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