EL TAMBORILERO
Voy a tocar el tambor;
ya me pongo a tocar en plena calle,
a aporrear el parche con ímpetu,
pero es de día y los vecinos
pueden asomarse y verme
pasar
al escuchar el tan-tan-tan
característico. Es un tambor que
suena como a bidón vacío de metal,
como los sonidos musicales
de aquella isla famosa del Caribe,
aunque sin el animado ritmo alegre
que induce a bailar
a los nativos.
Tan-tan-tan y (pausa), y
tan-tan-tan solo toco
bajo los árboles monumentales de la plaza
y a lo largo de la calle del paseo.
Expando sencillamente por las calles
y las plazas de mi pueblo
este monótono pulso solitario,
este sonido neutro muchas veces repetido.
Voy tocando sin fin, aunque también
no me puedo detener por el momento.
Gaspar Jover Polo
- Autor: gaspar jover polo ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2024 a las 04:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Omaris Redman, Mauro Enrique Lopez Z., Nitsuga Amano, alicia perez hernandez.
Comentarios4
Me ha recordado una costumbre ancestral de la semana santa en España y especialmente en Calanda, Huesca, patria del director de cine Bulyel,. Tocaran los tambores hasta que las manos se llenan de sangre. Un saludo
Tienes razón en parte porque aquí se trata de un solo individuo.
Tienes razón es más propio del tamborilero del Bruc
Un saludo
Buñuel
Ok. Gracias por el comentario.
Bonitas imágenes pintan tus interesantes letras estimado Gaspar, saludos cordiales
Gracias, Omaris.
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