Yo no cambio mi arado y verde huerto
por un edificio de gris cemento;
ni las callejas de mi pueblo abierto
por las densas aceras del asfalto.
Elijo los mugidos del ganado
al ruidoso tráfico de los autos;
respirar el sano aire del sembrado,
y de las campiñas de verdes pastos.
No quiero fincas de grises alturas
ni bares de brillantes cristaleras;
prefiero la paz de las sierras puras,
y el ulular del viento en las praderas.
No busco el ruido de vidas ajenas,
ni el brillo que ofusca el alma viajera;
me gusta andar entre verdes escenas
de floresta, con mi paz verdadera.
Quiero vivir mirando la arboleda,
de la mano de mi fiel compañera
tejiendo sueños de lunas de seda.
Que yo no cambio la naturaleza
por ciudades de lujosas esferas,
ni por neones de extraña belleza.
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Autor:
Salva Carrion (
Offline)
- Publicado: 14 de enero de 2024 a las 08:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, Alexandra I, Salva Carrion
Comentarios3
Total y llanamente pienso lo mismo.
Un Cordial A🤗
Texi, hola.
Gracia por leer y tus palabras.
Saludos campestres
Encanto pone la madre naturaleza en los campos, belleza que llena el alma de paz y asombro ante su magnitud.
Placer de lectura.
Saludos, feliz día, Alex.
Muy buen poema. Hago mías tus palabras, querido poeta Carrión Pascual.
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