Salva Carrion

Yo no cambio mi arado y verde huerto

 

 

Yo no cambio mi arado y verde huerto

por un edificio de gris cemento;

ni las callejas de mi pueblo abierto

por las densas aceras del asfalto.

 

Elijo los mugidos del ganado

al ruidoso tráfico de los autos;

respirar el sano aire del sembrado,

y de las campiñas de verdes pastos.

 

No quiero fincas de grises alturas

ni bares de brillantes cristaleras;

prefiero la paz de las sierras puras,

y el ulular del viento en las praderas.

 

No busco el ruido de vidas ajenas,

ni el brillo que ofusca el alma viajera;

me gusta andar entre verdes escenas

de floresta, con mi paz verdadera.

 

Quiero vivir mirando la arboleda,

de la mano de mi fiel compañera

tejiendo sueños de lunas de seda.

 

Que yo no cambio la naturaleza

por ciudades de lujosas esferas,

ni por neones de extraña belleza.