Las raíces de una flor

TUGA

Cuando al vida era una brisa,

y tus contornos mi desespero,

fue que la tarde olía a tiza,

y nos gustaban los aguaceros.

 

Cuando la muerte estaba lejos,

y el ser feliz, nos costaba poco,

el sufrimiento era de otros,

y no soñábamos con ser viejos.

 

Cuando los viajes eran un mapa,

y en el “dos mil” se acababa el mundo,

tu piel se hundía en lo profundo,  

de las promesas que nadie escapa.

 

Cuando aprendemos que en el amor,

el tiempo nunca tiñe de grises;

y que no hay cura para el dolor,

porque el color que muestra la flor,

no sobrevive sin sus raíces.

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Comentarios2

  • Ann🌼

    Sus letras pueden avivar un instante y hacerlo hoy, en el suspiro de un verso, Tuga! Increíble! Es tremendo sentir con que clase de fuerza, laten en su alma, Amigo mío!

    Cuanta raíces de viva eternidad mi querido amigo del alma.

    Que bello pasear pos sus jardines de vivas fragancias... vivas raíces.

    Gran abrazo del alma!!🌼

    • TUGA

      Ann, muchas gracias. Siempre tan cálida con tus comentarios, se agradece en verdad. Saludos afectuosos

    • Rosa🌹Roja...

      Es tu poema de los que echan raíces en quienes lo leemos...porque creo que por ese jardín hemos pasado muchos...que el dos mil...lo veíamos tan lejos...y mira donde estamos ya... la tiza quedó lejos...y los problemas de la vida nos hacen guiños...y muchas veces DAÑO...es el rodar de la vida que no nos damos cuenta y corre demasiado...
      Me has recordado muchas coss de la juventud que entra en el otoño...como el año que se acerca...
      Preciosa forma de recordarTUGA...y de ayudar a no olvidar...
      Beso querido compañero 😘🌹



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