Antes de empezar me anticipo a la critica de infinidad de personas que cree que los hombres solitarios somos escoria y si es equivoco dudan de nuestra hombría. La Soledad ilumina y amalgama nuestras presencias, que tan sombría es su mente incapaz de imaginar un señero que no invite a una mujer solo a bailar o al sexo sino también a imitar sus movimientos y sujetarlas en el viento inmóvil de la desesperación. A disfrutar del silencio y su hermética y santa armonía para posteriormente encontrarse en la orilla clara del precipicio donde todo alguna vez inicia. Quiero que ya nos dejen de mirar con desprecio cuando arribamos al puerto de la desconfianza en quien respira y entendemos que de seguro el aislamiento es la mejor compañía. En algo tienen razón, si existen los incrédulos que buscan en todas quien acabe con su detrimento.
Pero para mí, es intrincado hallar en alguna mujer alguna cualidad más deseable a tantas que posee La Sagrada Soledad, me parece de lo mas complicado ver en alguien un complemento que congenie con esa agraciada ninfa.
Havid Stiven
- Autor: Havid Stiven ( Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2021 a las 07:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
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