Fátima, mi mulata, es la inefable seductora
de valles, cascadas, lagos,
volcanes y caminos...
¡Ay, ella todo lo que toca lo encanta
y, encanta también, con su verano
cuerpo y timbre peregrino!
De repente, sin rodeos
y sin prejuicios,
sus triunfantes labios
tatúan los míos…
«Ahora, declararás papi: ¿Quién es la exigente?
¿Quién es tu conquistadora?», me interroga.
«¡Ay, vos Fati! ¡Solo vos mamacita!», le replico.
¡Ah, sus gruesos labios rosados se vierten
a los míos en son de vendaval
y, pronto, mi dorada verga
su jugoso vientre clava!
¡Ah, cómo brincan sus exquisitos senos
y culo en nuestra unión mezquina!
«¡Ay, mamacita qué rica! ¡Fátima!
¡Fátima! ¡Sos toda una encantadora
tropical, ajá, con mi medicina!»
«¡Ay, sos una culebra elegante
y una ardiente pantera!
Oh, tu gran melena negra,
tu jugosa voz, tierno olor
y piel de chocolate…
¡cómo me sosiegan!
¡Ay, Fati, cómo me enmielan!
¡Oh, tus anchas piernas y suaves labios!
¡Oh, tu lengua madreselva
experta pura y sanguínea!
¡Oh, tus alegres glúteos y dorados
senos cómo rebotan y palpitan!
¡Oh, mi morena, qué alegría!
¡Ay, parecen tambores!
¡Qué ricos son!
¡Toda ella está encendida!
Así, así, así…
¡Ay, Fátima, qué rica sos!
Pegaditos, calentitos,
mojaditos...
Ay, así, así, así...
¡quedémonos
y nunca
terminemos,
mi amor!»
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Autor:
Julián Riveira Dosártes (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 20 de abril de 2021 a las 19:38
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, Paco Jose Gonzalez

Offline)
Comentarios1
Poema sabrosón, suerte que tienen algunos jajajaja.
¡Já, ja, ja! Gracias compañero, me alegra mucho que haya disfrutado del poema. ¡Saludos!
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