Bienaventurados.

Antonio Bencomo

Estaba en la mañana orando la viejita

el silencio corría y gritaba en la ermita

 

al Cristo aquel Nazareno le decía

quien clavo filosos clavos aquel triste día

de quien fue la mano que tu piel desgarraría

tan duros los clavos que no se sueltan todavía.

 

y aquel Cristo dijo,aun no los he quitado

eso en el mundo le toca a los que he amado

 

la viejita rezó así para que se permita

al humilde,al manso,al pobre ,darle esa alegría

y que eternamente gozen los Bienaventurados.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • alicia perez hernandez

    HERMOSOS VERSOS QUE SE DISFRUTA PASAR A LEER.
    SALUDOS POETA



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.