Sacerdotisa (Soneto)

QUINSONNAS

 

 


Tornada en ancestral sacerdotisa

me abduce tu poder a un sortilegio,

aquél que me concede el privilegio

de amarte hecha mi credo y mi premisa.

 

Ni Venus, Afrodita, ni Artemisa,

proclaman un oráculo más regio

y alzado en tu devoto, un sacrilegio,

resulta no admirarte la sonrisa.

 

Me instauras tu doctrina y tu frescura

brindándole a mi hombría un misticismo

con forma de mujer maravillosa.

 

Envuelves a mis rezos de ternura

y dentro de tu templo me ensimismo

al ver a una vestal nombrada diosa.

 

 

 

 

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • Raúl Carreras

    Espectacular, sin más...



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.