naturaleza

somosnada

tus brazos tienen la fuerza de un hombre capaz de controlar los rayos, ¿me enseñarás una lección? No sé nada de nada, y vos sos la primer persona que intento amar.

la primer lección que aprendí fue estando encogida, desnuda y fría como un perro.

el verano era sofocante, la humedad de la ciudad parecía triplicarse en nuestro cuarto, tu esencia aún se hallaba en mis falanges, fuera, los niños corrían con globos llenos de agua, descalzos sobre el asfalto húmedo.

azúcar fundida, dulce, todo el aire era un horno empalagoso. En la tarde estarás arrancando peras del árbol y rasgando su piel con tus dientes, como hacías conmigo, el jugo estallará en tu boca, una gota se chorreará de tu comisura y manchará tu camisa.

no sé por qué, abro la boca en sintonía a la tuya, a la distancia, sin que te des cuenta que te observo (o bien, a gusto de ello), mientras el corte quirúrgico de tus dientes desangra el hermoso fruto y yo solo fantaseo, con tu mano, amarrando mi cabello, contra el árbol.

  • Autor: somosnada (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de abril de 2019 a las 00:18
  • Categoría: ErĂ³tico
  • Lecturas: 34
Llevate gratis una Antología Poética y suscribite a Poemas del Alma ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.