Una historia inverosímil

Hermes Antonio Varillas Labrador

Una historia inverosímil

 

En el país de la maravillas, país que debería aparecer en el libro de los records Guiness, en razón que algunos privilegiados a quienes se les conoce como “enchufados”, lo llaman Narnia, donde todo puede ocurrir por obra y gracia de la genialidad de la ignorancia y sus aliados los medios perversos, para alcanzar fines maquiavélicos, también es posible, según los eruditos de la ciencia de la probabilidades, que nada pueda ocurrir ante la injusticia y sus habitantes en diáspora forzada.

Pues en ese país hábilmente o de forma artera (y suena paradójico), se sembró la semilla de la inconsciencia que hoy  fructifica antivalores en abundancia: apatía, parasitaria modorra, complicidad, incoherencia, en una suerte de laberinto de mil paradojas, sobre la base de un bien logrado ambiente de anarquizante desgracia.

Repartidos esos frutos a lo largo y ancho de su territorio, cuyas glorias eran el orgullo de contar con una herencia procera como fundamento de su altruista unión, sin embargo, por consecuencia, y no son cuentos de camino de un vendedor de dulces de araña (golosina de un cuentista que como astuto charlatán hizo efectos hipnóticos y ahora a quienes pretenden despertar de sus efectos, les sabe muy amarga), sino una triste realidad (increíblemente en un mar de felicidad en que navegaba, según las propias declaraciones de los gestores de tan ominosa obra, a la que dieron en llamar la refundación de la Patria).  

La diezmada población que queda de promesas de combiambera se hartaron ya, esas promesas superan con creces a los alimentos de las despensas que con soberanía agroalimentaria posee para alimentar a cinco naciones hermanas que se encuentren en desgracia, como lo afirmase una canciller que arrancó aplausos de su bandada…

Ahora convertido en  un país bizarro, tan bizarro que vuelven nuevamente a reverdecer los laureles de la fe y la ilusión por un golpe de timón, pese a que hay la amenaza de un sector también vestido de verde en connivencia con irregulares y colectivos que están dispuestos a apagar con violencia la luz de la esperanza.

Parece que al final de este funesto túnel se avizora una ventana a la libertad, son pocas las horas para el desenlace que permita se imponga la verdad y la justicia, en una quijotesca tarea de enderezar los mil y un entuertos, o se agregue uno más, y puedan cantar eufóricos los acólitos del saqueo y del terror ¡Tenemos en nuestro poder toda la Patria!.

 

Hermes Varillas Labrador

 

Advertencia: Cualquier parecido con lo que ocurre en mi país, es mera coincidencia.

 

 

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  • Autor: Poemas Potosinos (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de enero de 2019 a las 07:57
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 13
  • Usuario favorito de este poema: Miachael.
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