Las ilusiones son cual hojas
de plantas y de árboles caducifolios.
Durante primavera,
las frondas son vivaces,
enérgicas, letíficas,
vestidas con el verde
plenario de esperanza.
En el verano ardiente
adquieren madurez,
un tono más intenso.
El estival calor
—el sol de la canícula—
las pone un tanto mustias,
marchitas, melancólicas.
Preséntase el otoño:
de octubre el viento fresco
desprende de las ramas
las hojas caedizas
—las menos resistentes,
ya débiles, ya lánguidas—;
el ocre y el almagre,
naranjas y marrones
abundan sobre el suelo
—decrépita y agónica
alfombra de hojarasca.
Hiemal solsticio próximo…
y Bóreas inclemente
—su cierzo crudelísimo,
helado y ululante—
da fin a la caída.
Después las hojas secas
se integran al mantillo,
y el humus de la tierra,
en un continuo ciclo
vital y misterioso
que abarca los eones,
devuelve transformadas
las muertas ilusiones.
Wednesday, August 29, 2018
- Autor: Alek Hine ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2018 a las 02:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuario favorito de este poema: Ana Maria Germanas.
Comentarios1
Es tal como tu describes, en tu bello poema,
Tambien las ilusiones, renuevan sus ciclos...
Me encanto leerte.-
Un afectuoso saludo.-
Gracias, Ana. Para nuestra desgracia, aun renovadas no dejan de ser ilusiones. Saludos.
Mi querido Ale...muchas veces, las ilusiones, proyectadas, se convierten en realidad, la fe es indispensable, para que eso pudiese acontecer....fe teson y persistencia....
Hay 10 comentarios más
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