Crecida en mi taza, radiante flor carmesí, por querer dar alegría a mi casa nunca reprochaste lo que no te di.
Olvide que tú raíz crecía y la taza te asfixiaba, olvidé qué la flor bebía y le negué hasta una gota de agua.
Pero tú rosa fiel siempre roja, de hermosos pétalos y fuerte tallo, de color verde mantuviste tu hoja, radiante como cada Mayo.
Pero mi descuido fue constante y poco a poco empecé a olvidarme: que tú mi rosa mi amante, sólo querías mimarme.
Y muy pronto mi arrogancia de manera fugaz te alcanzó; poco a poco se fue tu fragancia y tu hermoso tono te dejó.
Tus hermosos pétalos caían y el verde de tus hojas de ocre se adornó, ignore lo que me decían por eso mi rosa ya no creció.
Decidí plantar mi rosa en un prado amplio y hermoso, pues sabía que no pasaría otra cosa, qué sería algo grandioso:
Ver crecer a mi rosa de lejos, crecer hermosa nuevamente, ver a mi rosa sin complejos crecer mejor y libremente.
Mi hermosa rosa roja fue más bella que en mi propia casa, ahora entiendo que el ocre de su hoja fue por culpa mía y no por aquella taza.
-
Autor:
ulisesrosales (
Offline)
- Publicado: 4 de diciembre de 2018 a las 02:43
- Comentario del autor sobre el poema: Lo que perdí...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: ulisesrosales
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.