A mi muerte no la llores,
recuerda el amanecer
que tu añores.
Si valles y brisa quieres,
recuérdame como a los campos sin nombre.
Mi muerte tendrá luna
y flores interminables.
Seré una sombra desnuda
entre el palacio de la sangre.
Tu risa y mi muerte juntas
en mi tránsito se abren.
Tu boca de fuego para el hielo de mi bruma.
Al vientre de la primavera
mi muerte quedará amarrada,
lirio o arteria de rosa sea,
entre la inmortalidad callada
y serena.
A mi muerte quiérela como a mi vida,
sin muerte no hay vida que nos sueñe.
Sin el corcel de la luz no hay presencia
en la umbriedad creciente.
Todo tiene la justa transparencia
de una mañana agreste.
A mi muerte no la llores,
su montón de estrellas soñadoras,
tendrá preparado el horizonte de la noche.
Y entre el abismo, como ola,
viviré de nuevo sobre
mi muerte rota.
Comentarios6
No llores por fuera, guarda
las lábrimas internas, ellas
lavaran tus penas, esas son
las más intensas.
Me hiciste inspirar!!
Una e infinitas veces más... gracias!
Excelente lo tuyo, estimado Clonariel.
Te envio un abrazo.
Lualpri
Tu nunca serás muerte, trascenderás al esplendor de tus escritos..
Me ha encantado !
Muy hermoso y genial el poema a tu propia muerte estimado Clonariel
Un placer pasar por tus letras.
Saludos de sincera amistad
El Hombre de la Rosa
Excelentes tus versos que deja traslucir lo buen poeta que eres...
felicidades
un abrazo
y el tiempo seguirá, el viento soplará y las cenizas se harán esparcido, sembrando una nueva vida. Hermoso Poema a la Muerte, siempre ha sido una de mis inspiraciones.
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