—¿Qué te inspira esta "cercana" parte del universo? ¿Temor reverencial o temor a lo desconocido? ¿Admiración? ¿Asombro? ¿Angustia? ¿Curiosidad? ¿Cuestionamiento?
—La verdad es que con los ojos puestos siempre en las cosas de la tierra (no digo Tierra porque mi vista, mi visión, mi perspectiva, ni siquiera cubre eso), mi sentir es que no hay nada más allá del ámbito de mi cotidianeidad.
—Entonces no es indiferencia lo que con ello muestras, pues no se puede ser indiferente ante lo que se desconoce.
—Sí, creo que la razón te asiste.
—Procuro no apartarme de ella, pues más que sentirme perdido, lo estaría.
—¿Cómo es eso?
—Imagínate un lugar donde los seres pensantes han abandonado la lógica, la base para conocer el mundo. Un universo que es racional sería imposible de conocer sin el uso de la razón, y, además de esto, en el diario vivir ese apartamiento de la lógica se reflejaría en un comportamiento errático, caótico, equívoco.
—Como un mundo de locos.
—Algo semejante, si no es que igual.
Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.