Vente a dormir conmigo

Vicente Martín Martín

Está el sol muy extraño y se han bebido los ángeles rebeldes

el agua de las nubes,

no te quedes ahí

como un sueño de nácar dibujando su eclipse,

no te quedes ahí, tierra de nadie, territorio polígamo,

vente a dormir conmigo y ya hablaremos mañana

de quién eres,

quién soy

y quién ha puesto tu rostro en esta cara del mundo en que yo habito.

Y si quieres

postergamos los besos y esperamos a ver cuánta epidermis

ocupan las palabras,

contamos los latidos del mar en nuestras manos

y después

cuando el día se acabe y nos abrace la luz entre algodones

probamos a encender alguna estrella.

Casi no te conozco y ya eres lago glaciar de mis recuerdos,

apenas sé tu nombre y ya repito

ciudades extranjeras y rincones de océanos

donde llegan millones de turistas con la única

infancia de ser náufragos.

No adeudamos a nadie una caricia ni tememos

arriesgar el futuro,

no te quedes así como una donna recorriendo el proscenio:

vente a dormir conmigo.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios3

  • KALITA_007

    VENTE A DORMIR CONMIGO. MUYLINDO..
    BESITOS A TI..
    QUERIDO AMIGO..
    MUY BUENA TU PROPUESTA..JIJI..
    BESITOS..

  • Melba Reyes A.

    Tus poemas son verdaderamente maravillosos. Gracias, allí donde estás.

  • Melba Reyes A.

    Vente a dormir conmigo

    Está el sol muy extraño y se han bebido los ángeles rebeldes
    el agua de las nubes,
    no te quedes ahí
    como un sueño de nácar dibujando su eclipse,
    no te quedes ahí, tierra de nadie, territorio polígamo,
    vente a dormir conmigo y ya hablaremos mañana
    de quién eres,
    quién soy
    y quién ha puesto tu rostro en esta cara del mundo en que yo habito.
    Y si quieres
    postergamos los besos y esperamos a ver cuánta epidermis
    ocupan las palabras,
    contamos los latidos del mar en nuestras manos
    y después
    cuando el día se acabe y nos abrace la luz entre algodones
    probamos a encender alguna estrella.
    Casi no te conozco y ya eres lago glaciar de mis recuerdos,
    apenas sé tu nombre y ya repito
    ciudades extranjeras y rincones de océanos
    donde llegan millones de turistas con la única
    infancia de ser náufragos.
    No adeudamos a nadie una caricia ni tememos
    arriesgar el futuro,
    no te quedes así como una donna recorriendo el proscenio:
    vente a dormir conmigo.

    Una más de tus maravillas, inolvidable poeta. Abrazos a tu alma, allí donde estés.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.