Me enamoré de tu mirada,
tierna y llena de locura.
Se marchitan tus pétalos
y se caen tus espinas,
pero tu mirada
sigue siendo la misma,
aunque pasen mil inviernos
y se vayan con ellos,
mi vida.
Me enamoré de tu alma,
apasionada y seductora.
Porque aunque se muera el Sol
y reine la noche,
tu alma
sigue siendo joven.
Joven a pesar de las ventiscas
tristes y dolorosas,
a pesar de eso,
tu alma sigue siendo,
hermosa.
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                        Autor:    
     
	Jorge Menelio Tróchez (Seudónimo) (
 Offline) - Publicado: 27 de febrero de 2018 a las 12:26
 - Categoría: Amor
 - Lecturas: 42
 - Usuarios favoritos de este poema: Flor Erendira, L..c
 

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