Hoy salí a caminar con un conocido que presume de mi amistad. Llegamos a un parque con vestigios verdes, era de noche, pero aun así había transeúntes jugando, hablando o simplemente merodeando. Nos dirigimos a una tienda cercana por unos cigarrillos, luego buscamos donde sentarnos. En efecto, nos dispusimos a encenderlos, y con el humo se nublo también mi calma, y sentí en los pulmones la nostalgia. Después de un corto mutismo, procedió mi amigo con la palabra. Él con orgullo y elocuencia me comento hasta el hastío sus logros de vida, todos y cada uno rosando el más banal absurdo. Yo fingí escucharlo y simular con mis gestos aceptación. Me contaba como compartía besos, se embriagaba desnudando cuerpos, pero jamás almas. Jactándose en arrogancia, cree que está viviendo, pero todo tan trivial, con una felicidad más hipócrita que el mundo.
-
Autor:
Juan Vélez (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de noviembre de 2017 a las 00:31
- Comentario del autor sobre el poema: Esto hace parte de una serie de cartas que solo he leído yo y mi nostalgia. No se la he entregado a ella, es más bien para la soledad.
- Categoría: Carta
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Silvestr
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.