Y luego, quizás, cuenten todo aquello que los maravilló

ArgPlata



La tranquilidad de aquel lago

era el comienzo de un sueño

y el viento abrumador de aquel lugar

era el reflejo efímero de un sueño eterno.

 

 

Sus bosques se asemejaban al desconcierto;

sus árboles tan altos y frondosos,

atraían el misterio y el espirítu aventurero.

 

 

El polvo de sus tierras se levantaba sin compasión

y juzgaba a quienes tenían la dicha de pisar esas tierras,

con sus terrenos hermosamente peligrosos;

y la sensación de riqueza en alma, al sentir el calor que este territorio emanaba.

 

 

El frío de la nieve se impregnaba en mi cuerpo,

y se deshacía, varias veces, entre mis dedos: 

para luego volverse a fusionar con la nieve que aun quedaba en el suelo.

Demostrándome, la fuerza y pureza de la unión aún en el gélido tiempo. 

 

Las montañas de aquel lugar se erguían, imponiendo admiración y asombro,

parecía que contasen mil historias, guardadas en un solo paisaje...Que solo podrán

contar unos pocos...aquellos que tengan la dicha maravillarse y empaparse de las

memorias que creen en vista de estas escenas.

 

Y luego, quizás, cuenten todo aquello que los maravilló

y que sensaciones en su cuerpo y en su alma atesoró.

 

Como ahora...

 

Como ahora lo estoy haciendo yo.

 

 

 

  • Autor: ArgPlata (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de octubre de 2017 a las 18:38
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 23
  • Usuario favorito de este poema: Lualpri.
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Comentarios1

  • B. Wayne

    *Leído.
    Saludos.

    • ArgPlata

      Gracias por tomarse su tiempo en leerlo.



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